Las amenazas son múltiples y externas. La vulnerabilidad es también una característica externa que nos hace susceptibles tanto de manera personal como organizacional a un ataque; sin embargo, la vulnerabilidad crece según las desventajas socio-económicas, culturales y políticas. Es por eso que las mujeres, colectivos minoritarios, somos mucho más vulnerables a la violencia y a estar en situación de riesgo. El fortalecimiento de nuestras capacidades asegura una mejor preparación y respuesta frente a los riesgos a los que podemos estar expuestas.
“Debemos ser capaces de crear nuestros propios mecanismos y redes de apoyo, perdiendo el miedo a las máquinas de poder, conectando esos cables submarinos con nuestros cables culturales, burlando la obsolescencia programada, reconstruyendo las computadoras y nuestro entorno, hackeando nuestra sociedad para extirpar esa desigualdad y violencia: habitar Internet con nuestros lenguajes, idiomas, creencias, conocimientos, cultura y vida, donde cualquiera de nosotras podamos aparecer y transitar libres y seguras” (“La privacidad para Cyborg-organizarnos”)