Violencia de género digital

Hoy en día, gran parte de nuestras relaciones sociales se dan en la red. Este mundo digital será un espacio importante durante toda tu campaña, y así como te traerá momentos de alegrías, de triunfos y de cuentas positivas, también te puedes encontrar con los mismos problemas sociales que están fuera de internet: la violencia de género y la exclusión. ¡Pero no te dejes intimidar!

Acá van algunas herramientas para comprender este fenómeno, identificar las amenazas, protegernos y enfrentar la violencia de género en la red, ¡todas juntas!

La violencia de género digital, o en línea, refiere a actos de violencia de género cometidos instigados o agravados, en parte o totalmente, por el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), plataformas de redes sociales y correo electrónico. Estas violencias causan daño psicológico y emocional, refuerzan los prejuicios, causan pérdidas económicas y plantean barreras a la participación en la vida pública y pueden conducir a formas de violencia sexual y otras formas de violencia física. En el informe “La violencia en línea contra las mujeres en México” se elabora un panorama general sobre el impacto que tiene la violencia en internet en la vida de las mujeres y en el ejercicio pleno de sus derechos humanos.

La brecha digital de género también es violencia

La apropiación de las tecnologías y de la Internet por parte de las mujeres y grupos minoritarios es una deuda social grande, vigente y actual, consecuentemente muchos esfuerzos globales se están realizando para darle un giro y cierre a la brecha de género digital; es un estrecho y ancho camino por recorrer, pero finalmente se están dando los pasos para hacerlo. 

“En aspectos políticos y de seguridad, grupos que abogan por los derechos digitales, la inclusión y participación de la mujer de manera ágil y segura ya han abordado el desafío de lograr que las mujeres vayan apropiándose de las tecnologías, siendo también conscientes de sus derechos y contando también con las herramientas para combatir y visibilizar la violencia de género en línea”. Puedes seguir leyendo sobre este tema en el artículo “Brecha digital de género: abordando el desafío de un ecosistema libre de violencia”.

La modernidad, desde su fluidez y sus dinámicas, nos desafía constantemente a tratar de mantenerle el paso a las nuevas formas de relacionarnos y vincularnos a través de las tecnologías. Hoy en día militamos, nos encontramos, amamos, trabajamos y tejemos nuestras redes a través de algún tipo de instancia tecnológica, ‘digitalizamos nuestras interacciones sociales’ y signamos nuestros acuerdos con doble checks azules, entregados y leídos.

La resistencia en línea

Entre más públicas y abiertos/as seamos desde nuestros perfiles en línea y ocupemos la Internet cada vez más con nuestras voces, estamos más propensas a ser víctimas de violencia en cualquiera de sus formatos, desde acoso, extorsión, difusión de material no consentido, amenazas, control en línea y otras formas que abordaremos más adelante para poder reconocer y categorizarlas. Los ataques hacia las personas y/u organizaciones feministas, activistas, defensoras, son mecanismos deliberados de censura de parte de las esferas de poder. 

Para enfrentarnos a la violencia en línea, debemos trabajarlo a través de un acercamiento holístico de la problemática; es importante pensar desde el bienestar psico-social de las personas que son víctimas de violencia, hasta los mecanismos de respuesta con los que contamos de manera personal y también organizacional para hacerle frente, y la capacidad de denuncia a través del conocimiento de las leyes de cada país en el que sucede la violencia. Si bien las herramientas para trabajar la seguridad digital son de vital importancia, la sororidad y acompañamiento conjunto entre compañeras es fundamental para la contención de este tipo de casos. 

Tomar control sobre nuestra información, nuestros procesos digitales, es la forma más subversiva para hacerle frente a la violencia sistemática dirigida hacia mujeres y colectivos. La resiliencia como habilidad para recuperarnos y la agilidad de reponernos y aprender nuevas prácticas de seguridad son clave en los entornos de amenazas cambiantes. La clave es construir bienestar integral para todas las personas y nuestras compañeras, y sólo podemos lograrlo a través del fortalecimiento de nuestras capacidades colectivas.

Bibliografía: 

TEDIC

Es una organización sin fines de lucro creada en Paraguay por personas con trayectorias en diferentes disciplinas, que promociona y defiende los derechos digitales en América Latina. Buscamos el cumplimiento pleno de los derechos civiles en Internet. Investigamos, difundimos información y capacitamos en temas de privacidad, datos personales, ciberseguridad: cuidados digitales, libertad de expresión y manifestación, neutralidad en la red, derechos de autor, inteligencia artificial, biometría, entre otros, con un enfoque transversal de género.

Formular el riesgo

Las amenazas son múltiples y externas. La vulnerabilidad es también una característica externa que nos hace susceptibles tanto de manera personal como organizacional a un ataque; sin embargo, la vulnerabilidad crece según las desventajas socio-económicas, culturales y políticas. Es por eso que las mujeres, colectivos minoritarios, somos mucho más vulnerables a la violencia y a estar en situación de riesgo. El fortalecimiento de nuestras capacidades asegura una mejor preparación y respuesta frente a los riesgos a los que podemos estar expuestas. 

“Debemos ser capaces de crear nuestros propios mecanismos y redes de apoyo, perdiendo el miedo a las máquinas de poder, conectando esos cables submarinos con nuestros cables culturales, burlando la obsolescencia programada, reconstruyendo las computadoras y nuestro entorno, hackeando nuestra sociedad para extirpar esa desigualdad y violencia: habitar Internet con nuestros lenguajes, idiomas, creencias, conocimientos, cultura y vida, donde cualquiera de nosotras podamos aparecer y transitar libres y seguras” (“La privacidad para Cyborg-organizarnos”)

Auto-test

En esta sección vamos a auto-preguntarnos cuáles son ciertas acciones que  llevamos a cabo  en nuestra cotidianidad que pueden poner en riesgo nuestra seguridad digital y nuestros Derechos Digitales. Las preguntas principales son: ¿Cómo definimos nuestros riesgos en línea, y cuáles son los factores de riesgo a los que estamos expuestas y cómo podemos reconocerlos? A través de una serie de auto-preguntas podremos reconocer estas prácticas de inseguridad:

  • ¿Nuestras contraseñas son alfanuméricas? (Incluyen secuencias de letras y números?) ¿O utilizo claves como: 1234, el nombre de mi mascota o mi cumpleaños?
  • ¿Reconozco las páginas seguras para navegar? ¿Sé qué es el certificado de HTTPS?
  • ¿Envío mis contraseñas a través de aplicaciones no seguras de mensajería como Whatsapp?
  • ¿Guardo mis contraseñas en un papelito en mi escritorio o en mi casa?
  • ¿Abro links o adjuntos no solicitados, o que no sabemos su procedencia?
  • ¿Le creemos al Príncipe de Nigeria que nos pide nuestra cuenta de banco a través de un correo desconocido?
  • ¿Conozco qué son los administradores de contraseñas?
  • ¿Dejo mis dispositivos descuidados en espacios públicos?

Lecturas para profundizar: 

TEDIC

Es una organización sin fines de lucro creada en Paraguay por personas con trayectorias en diferentes disciplinas, que promociona y defiende los derechos digitales en América Latina. Buscamos el cumplimiento pleno de los derechos civiles en Internet. Investigamos, difundimos información y capacitamos en temas de privacidad, datos personales, ciberseguridad: cuidados digitales, libertad de expresión y manifestación, neutralidad en la red, derechos de autor, inteligencia artificial, biometría, entre otros, con un enfoque transversal de género.

Habitar espacios digitales nos ayuda a crear visibilidad sobre ciertos asuntos, y a empoderarnos cuando encontramos apoyo y empatía. Podemos encontrar espacios en los que hallamos sinergia para elaborar acciones de manera colectiva y colaborativa, las cuales hoy en día, dentro de este ecosistema, se pueden dar a conocer como acciones conectivas. 

A pesar de esto, también existen dinámicas que nos dañan. Fenómenos y amenazas como el ciber-acoso, el discurso de odio y el chantaje, violan el derecho de las mujeres a la privacidad, el trabajo, la participación pública, la libertad de expresión y opinión, así como el riesgo a la exposición no consentida y muchos otros tipos de situaciones.

Identificando amenazas digitales

Para entender mejor o dimensionar qué amenazas o situaciones pueden ocurrir a la hora de habitar espacios digitales, es importante identificarlos. A continuación, te proveemos unos ejemplos de los tipos de ataques digitales más comunes elaborados por GenderIT

  • Acceso y control/manejo no autorizado de cuentas: Ataques no autorizados para ganar acceso a las cuentas o dispositivos de otros. Esto puede implicar que información no autorizada se junte, y/o el bloqueo de acceso a la cuenta a la persona dueña de la cuenta misma. 
  • Control y manipulación de la información: El robo de información puede implicar una pérdida de control de la información en sí, y también la modificación de la misma sin autorización.
  • Difusión de fotos íntimas o información privada: Compartir de manera no autorizada cualquier tipo de información, datos o detalles privados relacionados a una persona. 
  • Doxeo: Investigar y difundir información identificable sobre una persona sin su consentimiento, muchas veces con la intención de tener acceso o contacto con la persona con fines de acoso u otros fines nocivos.
  • Vigilancia: El monitoreo constante de las actividades de la persona, su vida diaria, o información, sea pública o privada, pertinente a la persona o a la organización.
  • Uso de spyware (software para espiar y obtener información de otros dispositivos) o acceso a cuentas sin el consentimiento del usuario.
  • Uso de GPS u otros servicios de geolocalización para rastrear movimientos.
  • Robo de identidad/creación de perfiles falsos: El uso de la identidad de alguien sin su consentimiento, o la creación y compartición de datos personales falsos, con la intención de dañar la reputación de la persona o de la organización.
  • Borrar, enviar y/o manipular correos y/o contenido sin consentimiento.
  • Distorsión de imágenes o videos, u otro tipo de manipulación de contenido falso: Elaborar contenido falso, manipulado o sacarlo de contexto, y compartirlo con el fin de desprestigiar y dañar a una persona o grupo. 
  • Diseminar información privada (o sensible/controversial culturalmente) con la intención de dañar la reputación.
  • Difamación y daño de la reputación a través de  comentarios online falsos y ofensivos.
  • Acoso: Actos repetidos y no solicitados contra una persona u organización que son percibidos como intrusivos o amenazadores. 
  • Ciberbullying y acoso repetido a través de mensajes no deseados, atención y contacto. 
  • Discurso de odio: Discurso que refleja modelos culturales que incitan violencia, ya sea a través de comentarios, insultos, o agresiones verbales. 
  • Amenazas: Discurso y contenido (verbal o escrito, en imágenes, etc) con un tono agresivo y/o amenazador. Amenazas directas de violencia de cualquier índole.
  • Comentarios abusivos.
  • Envío y recepción de materiales sexuales no solicitados.
  • Extorsión: Forzar a una persona a actuar de acuerdo a la voluntad de otra persona, a través de amenazas e intimidación.
  • Mobbing: incluyendo tanto a una persona como a un grupo en sí.
  • Hackeo de cuentas y dispositivos.
  • Ataques coordinados: Son aquellos ataques que se realizan de manera coordinada y por más de una persona hacia otra, una publicación específica o una página en las redes. Los fines de estos ataques pueden ser varios: difusión de datos personales para causar hostigamiento y acoso, o incluso lograr la eliminación de los perfiles de las víctimas, crear identidades falsas para así poder esparcir publicaciones y noticias falsas. 

¿Qué consecuencias tiene que las mujeres pasen por estas situaciones? 

Estas situaciones de amenazas pueden provocar que las mujeres se autocensuran y que se abstengan de hablar libremente. Como consecuencia, hay una restricción a la capacidad de hacer presencia y de ser parte de los diversos movimientos y comunidades de activismo. En otras palabras, estas situaciones limitan el grado de participación de las mujeres en debates de interés público, proceso de toma de decisiones, y perpetúan la misma manera en la que se construyen los espacios de ciudadanía digital: con base a la exclusión de las mujeres y otros grupos minoritarios.  

En un entorno de tal complejidad, las actividades que desarrollamos (en línea y fuera de Internet), nuestras identidades y realidades pueden parecer separadas, pero resultan estar, la mayoría de las veces, profundamente entrelazadas. Por todo eso, puede darse un alto nivel de confusión o incertidumbre acerca de las intenciones, identidades y acciones de los demás en los espacios digitales. Como resultado, todo eso puede llevarnos a la ansiedad o al deseo de retirarnos de cualquier espacio o tipo de actividad en caso de haber sido víctima de alguna situación de amenaza e inseguridad.

Existe más de una dimensión a la hora de hablar de las posibles consecuencias y el impacto de ser víctimas de estas situaciones de violencia digital

TEDIC

Es una organización sin fines de lucro creada en Paraguay por personas con trayectorias en diferentes disciplinas, que promociona y defiende los derechos digitales en América Latina. Buscamos el cumplimiento pleno de los derechos civiles en Internet. Investigamos, difundimos información y capacitamos en temas de privacidad, datos personales, ciberseguridad: cuidados digitales, libertad de expresión y manifestación, neutralidad en la red, derechos de autor, inteligencia artificial, biometría, entre otros, con un enfoque transversal de género.